(Psicología Clínica)
En los sujetos con TEPT (Trastorno por Estrés
Postraumático) se han observado las siguientes alteraciones
en la fase REM del sueño: una mayor latencia de entrada en esta fase, menor
sueño total y fragmentación de la
misma, mayor cantidad de movimientos oculares rápidos, ausencia de catatonia e incremento del tono muscular.
También se ha observado un incremento de la activación cortical e incremento de la tasa cardíaca, alteraciones en los patrones
de respiración, pesadillas y terrores nocturnos.
Tanto el insomnio como las alteraciones específicas
en la fase REM del sueño se han considerado
factores de riesgo y mantenedores al del TEPT.
Algunos autores explican la presencia de las
memorias intrusivas en base a la mayor activación o saliencia durante su
codificación en la fase REM del sueño. Durante el sueño se produce la
integración y consolidación de las memorias, mediante el intercambio de
información entre el hipocampo y el córtex cerebral (38).
De esta forma, los conocimientos episódicos se
trasladan desde el hipocampo al córtex pre-frontal, una vez que se ha extraído
su significado y se ha integrado en una de las múltiples redes de conocimiento.
Algunos autores han comprobado que los sujetos con
TEPT presentan ciertas anormalidades en los patrones electrofisiológicos que relacionan
con la falta de integración de las memorias durante esta fase del sueño (39).
Los
movimientos oculares rápidos de la fase REM, y la activación amigdalina conjunta,
se han relacionado con la formación y consolidación de las memorias emocionales,
frente al sueño no REM, más implicado en la consolidación de memorias explícitas
o declarativas (40).
En base al protagonismo dado al sueño REM en la
consolidación y recuperación de las memorias traumáticas, en la década de los
80 se comenzó a estudiar la importancia del sueño REM y, concretamente, de algunas
de sus características, en el diseño de tratamientos para el TEPT.
Desde su descubrimiento por F. Shapiro(41),
la terapia EMDR (o de desensibilización y reprocesamiento mediante movimientos oculares)
ha demostrado ser eficaz para el tratamiento, entre otros trastornos, del TEPT (42-43);
y algunos autores han descrito su eficacia de su aplicación tras una única
sesión (44). El reducido volumen de la sustancia gris en la
corteza cingulada, parahipocampal e
insular, que correlaciona con algunos de los síntomas del TEPT, se ha relacionado con la mayor efectividad de esta
técnica (45).
Hasta la
actualidad no existe un acuerdo sobre qué mecanismos o aspectos de la técnica EMDR son los realmente eficaces; pero
una de las hipótesis más respaldadas es la
que defiende que la producción de los cambios fisiológicos que se producen
durante el sueño REM (alterados en los sujetos con TEPT), y que se replican al aplicar la técnica, podría ser el factor
que explique su eficacia (43, 46).
Estas memorias reprocesadas estarán entonces
almacenadas funcionalmente e integradas con éxito con experiencias similares.
El resultado final es una asimilación de la nueva información en las
estructuras de memoria existentes, en memoria semántica más que implícita o
episódica, lo que permite a los individuos responder adaptativamente a la vida
cotidiana.
El empleo de
movimientos oculares bilaterales, como del tapping o golpeteo, actúan sobre la conectividad interhemisférica, y
disminuyen el nivel de actividad cerebral reflejado en el paso a ondas gamma),
facilitándose de esta forma la recuperación y consolidación de las memorias
autobiográficas (47).
Se puede decir que los componentes de exposición
voluntaria ante el episodio traumático, facilitada por los movimientos
bilaterales que reducen el impacto emocional de la exposición (48),
la desensibilización resultado de esta exposición prolongada, la toma de conciencia
corporal, la reinterpretación e integración del evento traumático; y los cambios
que se producen a nivel cerebral pueden estar detrás de la efectividad de esta
técnica.
Además de los tratamientos eficaces para el TEPT, la
eficacia del EMDR es superior a otras técnicas como las corporales (49)
o la estimulación magnética transcraneal. (50)
.
La mayoría de las personas traumatizadas tiene un
margen de tolerancia estrecho y es más susceptible a desregularse a causa de
las fluctuaciones en la activación fisiológica.
Las personas
con un margen muy estrecho viven las fluctuaciones en la activación fisiológica
como algo incontrolable y desregulador
Janet (1907), la traumatización
supone un defecto en la capacidad de integración, la primera prioridad en el tratamiento
del trauma debe restablecer la capacidad, por parte de los pacientes, de
tolerar e integrar sus propios pensamientos, emociones y sensaciones corporales,
de tolerar, ser testigos de sus propias vivencias, de poder procesar hechos
vitales significativos (pasados y presentes, dolorosos y placenteros, corrientes
y traumáticos) dentro de un margen de tolerancia.
Fobia
a la Re experimentación.
-
Es la responsable directa del
mantenimiento de la disociación
-
Está vinculada a una Parte Emocional
mediada por sistemas defensivos que reducen la sensación de amenaza.
-
Toma el control activo ante las señales
de peligro
-
Su reconocimiento es imprescindible por
parte del terapeuta para conseguir la necesaria “Atención Dual”.
Falsas
Cogniciones
-
El ser humano necesita narrarse para
explicarse y obtener esquemas mentales que le expliquen a sí mismo y al mundo.
-
La desconexión entre estructuras superiores e
inferiores que caracteriza a la experimentación de vivencias traumáticas genera
la producción de ideas erróneas acerca de uno mismo, el acontecimiento externo
y aquellos que nos rodean.
-
Identificar la presencia y naturaleza de
algunas de esas cogniciones nucleares que rigen y alimentan el día a día es
imprescindible. (CONTINUA EN LA 2º PARTE).
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