Es maravilloso que una persona transmita a través de sus
miradas el calor humano con empatía, aceptación, implicación, interés, energía;
las miradas son una especie de magia que transforman emociones, las miradas con
abrazos, con apertura hacía el otro comunican,
curan, reconfortan, sanan heridas. La conexión con el otro a través
de una mirada auténtica, hace de
interlocutor sin la necesidad del intercambio de palabras; la fuerza del cruce
de miradas mueve instintos, pensamientos y sentimientos en las relaciones
personales.
Con mi experiencia de vida, he coincidido con personas
distintas, con intereses, aficiones, gustos diversos, pero que concuerdan entre
sí en un concepto: “El lenguaje de las miradas”, en mis conversaciones personales
o en mi consulta, es habitual abordar el tema de la comunicación o conexión no
verbal, los gestos dicen mucho de nuestra forma de ser, de nuestra personalidad,
así también lo son, las miradas, es fácil reconocer a través del brillo de los
ojos, las pupilas dilatadas o el parpadeo el mensaje que transmite, quizá sea
una tristeza latente, o una alegría insospechada, ciertamente las miradas
esconden rasgos que hablan por sí solas sin necesidad de una charla compleja de
horas interminables, esconden historias momentos, fragmentos, viajes,
pensamientos, sucesos y formas de vida, paralelamente,
transfieren, comunican y afectan.
Un gesto de mirada
ofensiva, arrogante, discriminatoria, es repulsiva transmite sombras, rechazo, transmite
energía negativa y mal humor, transmite sensaciones desagradables que traspasan
el límite de una relación armoniosa y cordial, es como un muro que separa o evita la relación entre dos personas,
entonces la sinergia entre ambos no sucede, no existe; son personas insatisfechas
consigo mismas, que no se aceptan, se infravaloran a sí mismas quizá sean
personas con círculos rotos, entornos desestructurados, abandonados, personas devoradas
por la soledad e indiferencia humana por lo cual transfieren chispas con su
forma de mirar. Otras miradas,sin embargo, la del cansancio, angustia, preocupaciones, melancolía,
transfieren compasión, tolerancia, empatía, es como una cuerda que atrae
cuestiones e interrogaciones sobre la necesidad del soporte entre personas como
un universo único de afecto y consideración destacando lo humano.
Sin embargo las miradas
con picardía, alegres, cautivadoras, humildes, abiertas, empáticas, simpáticas,
humanizadoras, cercanas; marcan espacio, se apoderan de la naturaleza humana, emiten partículas de
emociones placenteras, sanadoras, cómplices del bien-estar- miradas que abrazan,
miradas capaces de transferir vínculos sin juzgar, sin prejuicios, miradas que
escuchan, miradas que lloran con otros, miradas que transforman personas,
miradas abiertas, miradas positivas, miradas con arte y ritmo, miradas
acogedoras, miradas que alimentan, miradas del alma.
En conclusión, “El lenguaje de las miradas conectan o distancian
vínculos de vida”
(by Norma Duré)