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martes, 15 de marzo de 2016

Padres con hijos Adolescentes. Los amigos y las influencias.


Niños, adolescentes y jóvenes necesitan sentirse  partícipes en el ámbito social.

En la adolescencia la necesidad de “ser parte del grupo” es particularmente importante.

 Los chicos y chicas con dificultades para formar amistades suelen tener problemas de
autoestima, de rendimiento escolar, u otros desajustes psicológicos.

A muchos padres les preocupa que los amigos ejerzan demasiada influencia al
tiempo que la suya vaya disminuyendo. Esa preocupación es mayor si los amigos
animan a sus hijos a participar en actividades peligrosas o dañinas.

Es bastante habitual que entre los 10 y los 12 años se cambie con frecuencia
de amigos pues necesitan explorar y encontrar con quién compartir ideas gustos y
aficiones. La mayor influencia de los amigos se produce entre los 12 y los 16 años, especialmente en cuestiones de moda (gustos musicales, formas de vestir) y
actividades en las que participar, sin embargo los amigos no reemplazan a los padres
cuando se trate de cuestiones importantes, salvo que los padres se desinteresen por
la vida de sus hijos.

Los padres pueden, y deben, influir en el tipo de amigos que sus hijos eligen.

A continuación  algunas estrategias para hacerlo:

Reconozca que la presión de los amigos puede ser buena o mala. Si su hijo escoge amigos con poco interés por lo escolar y que sacan malas notas muy probablemente esté menos dispuesto a estudiar y sacar buenas notas. Este ejemplo es aplicable a casi todas las áreas de la vida: la salud, los hábitos, el comportamiento, etc.

Conozca a los amigos de su hijo. Si usted conoce personalmente a los
amigos de su hijo podrá tener una información muy útil para saber por dónde anda su
hijo. Llévelos a fiestas, partidos, conciertos, ofrézcase a recogerlos si van a volver
tarde, invítelos a su casa y aproveche para escuchar. Conociendo a los amigos
conocerá mejor a su propio hijo.

Conozca a los padres de los amigos. Sin necesidad de ser íntimos, conocer
a los padres de los amigos le ayudará a saber si las actitudes y preferencias como
padres coinciden o no con las suyas. Conociéndose entre sí los padres se puede
llegar a acuerdos que eviten comparaciones del tipo: “es que a ellos les dejan...”
De tiempo y espacio para los amigos. Si participar en actividades es importante tenga en cuenta que demasiadas actividades extra pueden provocar agotamiento.

Además de satisfacer la necesidad de “ser parte de”, pasar tiempo con los amigos en sitios seguros y de confianza es una excelente manera de aprender habilidades de relación social.

Hable con su hijo sobre la amistad. Para los adolescentes es importante lo
que otras personas piensan de ellos, sobre todo los amigos. Pero los padres deben
saber que buena parte de los comportamientos de riesgo se deciden en los grupos de
amigos. Por ello es muy importante que hable con su hijo sobre cómo resistir las
presiones del grupo para desobedecer las normas familiares o ir contra los valores que
les están inculcando.

Enseñe a evitar situaciones comprometidas. Hablando con su hijo sobre
posibles situaciones de riesgo puede ayudarle a no meterse en líos.

Pregunte a su hija adolescente qué haría ella si el sábado por la tarde una de la pandilla llegase con una botella de licor, cerveza, whisky, etc.

Pregunte a su hijo de 13 años cómo reaccionaría si un amigo le propusiera saltarse una clase para ir a comprar un disco. Idealmente podrán decir “NO”, pero no es tan fácil para una adolescente resistir la presión de un amigo y menos de un grupo. Hablando con su hijo de posibles situaciones y alternativas para salir de ellas le ayudará a sentirse más seguro para afrontarlas.

Supervise lo que hace y a dónde va con los amigos. Los adolescentes que
saben que sus padres saben dónde está, con quien, y lo que están haciendo, son
menos propensos a dedicarse a actividades de riesgo para su salud y seguridad. No
dude en llamar a otra casa para asegurarse que su hijo está allí, y no tema decir “NO”
cuando considere que ni las personas, ni el lugar, ni la actividad son adecuadas para
su hijo o hija.

Sea usted un buen amigo. Los adolescentes que ven a sus padres tratarse con respeto y amabilidad entre sí y hacia sus propios amigos tienen gran ventaja. El ejemplo que usted dé a sus hijos tiene mayor impacto que cualquier charla o sermón que pueda darle.

¿Prohibir ciertos amigos?. Algunos adolescentes pueden rebelarse si sus
padres les prohíben tajante-mente relacionarse con ciertos amigos, depende de la
vinculación y confianza entre padres e hijo. En cualquier caso, una estrategia útil (a
medio plazo) es aclararle que usted no se siente cómodo con ese o esos amigos y explicarle las razones. Al mismo tiempo conviene, sin negar totalmente la posibilidad
de ver a ese amigo, limitar el tiempo y las actividades que se le permite realizar con
ese o esos amigos de los que se desconfía. 

En fin, ayudar al hijo en todo su proceso de darse cuenta entre la distinción de lo que le conviene personalmente y sea gratificante para él en su desarrollo como persona, la tarea de los padres es ir afianzando el desarrollo psico-social del adolescente, de manera efectiva, con dosis de afectividad, escucha asertiva, y cercanía. 

Es importante destacar el entorno familiar del adolescente, su vivencia cotidiana,  la oportunidad y espacio que le brindan sus padres en el hogar;  en un entorno de armonía y respeto lo más probable es que los resultados sean positivos a los hijos por ende en su vida social con compañeros y los amigos.

Norma Duré Riquelme
Psicóloga Colegiada
M-26128.





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